18 de mayo de 2019

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Rosario Meditado. Misterios Gozosos. Jesús perdido y encontrado en el templo

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Misterios Gozosos
Jesús perdido y encontrado en el templo
¿Por qué me buscábais? ¿No sabíais que yo tenía que estar en las cosas de mi Padre? (Lc 2, 49)

Reflexión 

Gozoso y dramático al mismo tiempo es también el episodio de Jesús de 12 años en el templo. Aparece con su sabiduría divina mientras escucha y pregunta, y ejerciendo sustancialmente el papel de quien enseña. La revelación de su misterio de Hijo, dedicado enteramente a las cosas del Padre, anuncia aquella radicalidad evangélica que, ante las exigencias absolutas del Reino, cuestiona hasta los más profundos lazos de afecto humano. José y María mismos, sobresaltados y angustiados, no comprendieron sus palabras.
(San Juan Pablo II, Rosarium Virginis Mariae, 20)

 La fe católica ha sabido reconocer en María un signo privilegiado del amor de Dios: Dios nos llama ya ahora sus amigos, su gracia obra en nosotros, nos regenera del pecado, nos da las fuerzas para que, entre las debilidades propias de quien aún es polvo y miseria, podamos reflejar de algún modo el rostro de Cristo. No somos sólo náufragos a los que Dios ha prometido salvar, sino que esa salvación obra ya en nosotros. Nuestro trato con Dios no es el de un ciego que ansía la luz pero que gime entre las angustias de la oscuridad, sino el de un hijo que se sabe amado por su Padre.
María, Madre nuestra, Auxilio de los cristianos, Refugio de los pecadores: intercede ante tu Hijo, para que nos envíe al Espíritu Santo, que despierte en nuestros corazones la decisión de caminar con paso firme y seguro.
(San Josemaria Escrivá)

Pidamos al Señor que nos ayude a comprender cada vez más profundamente este misterio maravilloso, a amarlo cada vez más y, en él, a amarlo cada vez más a Él mismo. Pidámosle que nos atraiga cada vez más hacia sí mismo con la sagrada Comunión. Pidámosle que nos ayude a no tener nuestra vida sólo para nosotros mismos, sino a entregársela a él y así actuar junto con él, a fin de que los hombres encuentren la vida, la vida verdadera, que sólo puede venir de quien es el camino, la verdad y la vida.
(Benedicto XVI. Homilía del Jueves Santo, 5 de abril de 2007)

Reflexiones recogidas en la web: boletinrosario.blogspot.com

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