3 de mayo de 2019

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Rosario Meditado. Misterios Dolorosos. La oración en el Huerto de Getsemaní

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Misterios Dolorosos
El Bautismo de Jesús en el río Jordán
"Padre mío, si es posible que pase de mí este caliz. Pero no se haga como yo quiero, sino como quieres tú"(Mt 26, 39)

Reflexión

El itinerario meditativo se abre con Getsemaní, donde Cristo vive un momento particularmente angustioso frente a la voluntad del Padre, contra la cual la debilidad de la carne se sentiría inclinada a rebelarse. Allí, Cristo se pone en lugar de todas las tentaciones de la humanidad y frente a todos los pecados de los hombres, para decirle al Padre: «no se haga mi voluntad, sino la tuya».Este «sí» suyo cambia el «no» de los progenitores en el Edén.
(San Juan Pablo II. Rosarium Virginis Mariæ, 22)

Jesús pidió a los suyos que velaran con él, permaneciendo en oración: «quedaos aquí y velad conmigo», pero los discípulos se durmieron. También hoy el Señor nos dice: «quedaos aquí y velad conmigo». Y vemos cómo también hoy, los discípulos de hoy nos quedamos con frecuencia dormidos.
(Benedicto XVI, Audiencia general del miércoles, 12 de abril de 2006)

Jesús ora en el huerto: "Abba, Pater!" Dios es mi Padre, aunque me envíe sufrimiento. Me ama con ternura, aun hiriéndome. Jesús sufre, por cumplir la Voluntad del Padre... Y yo, que quiero también cumplir la Santísima Voluntad de Dios, siguiendo los pasos del Maestro, ¿podré quejarme si encuentro por compañero de camino al sufrimiento?
Constituirá una señal cierta de mi filiación, porque me trata como a su Divino Hijo. Y, entonces, como El, podré gemir y llorar a solas en mi Getsemaní, pero, postrado en tierra, reconociendo mi nada, subirá hasta el Señor un grito salido de lo íntimo de mi alma: “Hágase tu voluntad”
(San Josmaría Escrivá)



Reflexiones recogidas en la web: boletinrosario.blogspot.com

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